TOPIC DE LAS SERIES

Con 'Skins' se ha vuelto a repetir la historia. Escándalo, anatema, vergüenza. Ciertas asociaciones de padres norteamericanas han puesto el grito en el cielo tras ver el remake que la MTV ha hecho de la que es ya una serie clásica británica. Una serie sobre adolescentes que beben, se drogan y follan. Y lo hacen como se hace todo cuando se es adolescente, con la despreocupación que da el no entender de consecuencias. La labor educativa y ejemplarizante de las series de televisión (esa en la que yo no creo en absoluto) sale de nuevo a relucir. ¿Por qué los papás americanos arremeten contra 'Skins'? ¿Porque no quieren que sus hijos la vean o porque ellos mismos lo la quieren ver? ¿Estamos ante un caso claro de necesidad de censura "preventiva" o nuevamente se trata de ponernos la venda para no ver lo que no queremos ver?  Es un tema complicado, un debate complejo que enciende a muchos.

El caso de 'SKins' tiene además más componentes, muy interesantes. Aunque acusan a los americanos de haber estilizado, glamourizado y, en definitiva "emtivizado" la serie británica, lo cierto es que 'Skins' busca una identificación muy directa con la generación que retrata. Dentro de que es una serie de ficción (nunca olvidemos esto, en serio, nunca, pues hacerlo es el germen de argumentos desquiciadísmos) es más realista de lo que a muchos les gustaría. Pero precisamente por ser una serie de ficción (no me cansaré de insistir), se centra en lo que considera más importante para la historia que pretende contar. Es decir, que los protagonistas de 'Skins', además de ponerse y retozar también comen, duermen y estudian. Lo que pasa es que esas actividades las tenemos que dar por supuestas, no hace falta que nos las muestren. A menos que sea importante para la historia, no tiene ningún interés ver cómo Carrie Bradshaw discute con su casero, o cómo Kalinda pone la lavadora. Decir que los personajes de 'Skins' sólo beben, se drogan y follan es no entender la idea. Y quejarse de que lo hagan alegremente peca de inocente.

Por otro lado, con la de cosas extremas (¡y supuestamente reales!) que emite la MTV, tiene narices que sea 'Skins' la que ha colmado el vaso. Se supone que lo peor de lo peor es que un actor menor de edad enseña el culo. ¿Es tan grave eso? ¿Más que 'Jersey Shore'? ¿Más que las líneas de guión -espeluznantes- de los niños de las películas de Todd Solondz? ¿Más que las niñas que salen en los concursos imitando a las Azúcar Moreno? ¿Más que los shows sobre adolescentes millonarios que sólo saben tirar el dinero (de sus padres)? ¿Más que la dualidad niña-golfa de Hanna Montana? En serio, ¿Un culo es lo peor?

Entiendo la idea y a la vez no la entiendo. Me gustaría que alguien también se escandalizase con el mensaje de cosas como 'Crepúsculo' o 'Make it or break it'. Quiero decir, que se escandalizase y constase tanto como lo de 'Skins'. Porque si va a haber cera, lo justo es que la haya para todos, ¿no?

Nota 1: Dejo para dentro de unas semanas el post sobre 'Skins' en sí misma. Éste ya se hace largo y, como veis, se me han quedado todas las ideas a medio desarrollar.

Nota 2: Esta noche se estrena en TV3 'Polseres Vermelles', un producto local, pero con la particularidad de tener a Albert Espinosa como (supuesto) showrunner, a la americana. El tema de la serie me interesa cero y Espinosa generalmente me parece un cursi de tomo y lomo, pero la idea de una serie "de autor" hecha aquí me produce mucha curiosidad.